Lucia Di Lammermoor o "El valor de la escasez"

FINECO, en colaboración con ABAO-OLBE (Asociación Bilbaína de Amigos de la Ópera), organiza una nueva “Experiencia Fineco Ópera”. La “Experiencia Fineco Ópera” nace por nuestra inquietud de poder ofrecer a nuestros clientes una actividad diferente, atractiva e interesante, fuera del ámbito económico-financiero aunque de alguna forma relacionado con él.

En esta ocasión, con la obra maestra de Donizetti, “LUCIA DI LAMMERMOOR”, dentro de la 68 Temporada de Ópera de ABAO, a la que asistieron más de 300 clientes y amigos.

En concreto, porque esta ópera esconde una peculiaridad. En el Acto tercero, al comienzo de la famosa Escena de la locura, se escucha una aguda y etérea melodía que acompaña a Lucia mientras canta “Il dolce suono” – “El dulce sonido”. En esta melodía se utiliza un instrumento de escaso uso actualmente en la música clásica, aunque de gran popularidad en la época de Donizetti y hasta su prohibición a mediados del XIX. Su nombre: la armónica de cristal. En 1762, el político americano Benjamin Franklin inventó este instrumento inspirado en el típico juego con copas de cristal que, dependiendo de la cantidad de agua que contengan, emiten determinada nota al ser su borde rozado con las yemas de los dedos húmedas. Grandes músicos de la época, como Mozart, Beethoven o Donizetti, compusieron piezas para este instrumento. Actualmente existen muy pocas armónicas de cristal, de ahí su preciado valor. La revista The Economist dedicaba un artículo a este instrumento en 2016, resaltando la escasez en número y su elevado precio, que no bajaba de los 40.000 euros. Decía el artículo que en la actualidad los músicos que tocan este instrumento son autodidactas y se pueden contar con los dedos de una mano.

Esta anécdota nos sirve de excusa para comentar uno de los grandes temas en el mundo económico-financiero: El “valor de la escasez”. La economía existe como tal porque los recursos son escasos. La utilidad y la escasez son la base para valorar relativamente los bienes en la economía. Cuanto más útil y escaso sea un bien, más valorado será éste (en el caso de la armónica de cristal, la escasez prima como factor determinante del precio). Por el contrario, un bien útil pero abundante tiende a perder su valor: el agua, sin duda más útil que el petróleo, tiene un valor muy inferior a éste…por el momento. ¿Y qué podríamos decir del mundo de las inversiones? ¿Hay algo con valor en este momento? ¿Qué valor tiene?

Desde que comenzó la crisis financiera se ha producido un fenómeno generalizado creado de forma artificial por los bancos centrales, consistente en la cada vez mayor abundancia de dinero en el sistema. Sin ánimo de valorar la efectividad real de estas políticas, me centraré en la consecuencia principal de éstas: el precio del dinero es cada vez más bajo, es decir, pedir dinero cada vez cuesta menos, hasta el punto de que incluso se cobra por pedir prestado. Hace poco, en un estudio de una banca de inversión, se estimaba que el 70% de la deuda mundial – asegurada en euros – pagaba tipos de interés negativos. Lejos de ser anecdótico, éste es el nuevo paradigma al que nos enfrentamos en los próximos años y que va a afectar a todos los ahorradores e inversores. En Fineco Banca Privada Kutxabank somos muy conscientes de esta nueva realidad y llevamos tiempo trabajando para que en este nuevo entorno sigamos dando el mayor valor posible a nuestros clientes, ayudándoles a cumplir sus objetivos vitales.

Con la esperanza de que esta breve reflexión le ayude a tomar mejores decisiones en un futuro, ¡siga disfrutando de la ópera!

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